lunes, 28 de mayo de 2007

Heroes, Guerreros, Fuerzas Especiales y Soldados de Dios (Desde el martirio...un llamado a la Solidaridad)

HEROES, SOLDADOS DE CRISTO REY, FUERZAS ESPECIALES DE DIOS, MARTIRES POR JESUS




“En nuestro (mundo) de hoy no es corriente que nadie dé la vida por su fé. Vivimos en una sociedad secularizada que respeta (¿o ignora, quizá?) todas las religiones. Pero no conviene que olvidemos que hubo un tiempo, y no muy lejano, en el que muchos murieron simplemente por ser creyentes.” P. Pedro García Hernández, cmf, en la contraportada de su libro “Crónica Martirial”.

En Julio del año de 1936, en plena guerra civil española caracterizada por una franca persecución contra los Cristianos, 51 heroicos jóvenes estudiantes del seminario de sacerdotes claretianos en BARBASTRO fueron despiadadamente vejados, vilipendiados y salvajemente torturados por su condición de creyentes, mas, hasta su último y agónico suspiro, enfrentados heroicamente al martirio, NUNCA RENUNCIARON A SUS CONVICCIONES DE FE.

Según el relato de uno de los dos únicos sobrevivientes: luego de más de un mes de sufrir todo tipo de humillaciones, torturas y vejaciones, “Todos se confesaron por última vez y pasaron el día en oración. Todos estaban contentos de sufrir algo por la causa de Dios. Todos perdonaban a sus verdugos y prometían rogar por ellos en el cielo”. Uno de los jóvenes héroes de la fé, momentos antes de ser fusilado afirmó, : “Con el corazón henchido de alegría santa, espero confiado el momento cumbre de mi vida: el martirio. No se nos ha encontrado ninguna causa política. No se nos ha habido ningún juicio. Morimos todos contentos por Cristo, por su Iglesia y por la fe de España”. “Queridos padres: muero mártir por Cristo y por la Iglesia. Muero tranquilo cumpliendo mi sagrado deber. Adiós, hasta el cielo”.

"Jesús, ya sabes, soy tu soldado,

siempre a tu lado

he de luchar.

Contigo siempre y hasta que muera,

una bandera y un ideal;

¿y qué ideal?¡

Por ti, Rey mío, la sangre dar!"




NO NEGARON A JESUS, NO LE DIERON LA ESPALDA A SU FE.

Camino al martirio, luego de meses de sufrir todo tipo de vergonzosos vejámenes, conmoviendo y confundiendo inclusive a sus verdugos, estos valerosos SOLDADOS DE JESUS fueron acribillados a balazos mientras COREABAN, GRITABAN, GRITABAN A VIVA VOZ, en medio de su martirio: “ VIVA CRISTO REY, VIVA CRISTO REY !!!”

Cuántas veces nosotros, por desidia, indiferencia o simplemente ensimismados en el vértigo del consumismo y la desenfrenada búsqueda del “éxito económico”, del Estatus social o angustiados por sobrellevar estilos de vida y de consumo plegados de necesidades artificialmente asumidas,… NEGAMOS CONSTANTEMENTE A JESUS en los rostros sucios y desesperados de los millones de necesitados que nos rodean pero que preferimos IGNORAR.

Negamos a JESUS viviendo en el EXTREMO del egoísmo histórico al complacernos en un planeta que hace gala de los contrastes más chocantes nunca existentes en la historia de la humanidad: Lujo exquisito y sobrada abundancia que nos hace IGNORAR Y NEGAR el hecho que SEIS DE CADA DIEZ habitantes del PLANETA TIERRA viven en condiciones paupérrimas y muchos de ellos, LO SABEMOS BIEN, en el instante mismo que leemos este párrafo, ESTAN MURIENDO. MURIENDO DE HAMBRE. “lo que hiciéreis por uno de mis pequeños, por mí lo hacéis”. mateo 25,31-46.

Cuántas veces NEGAMOS A JESUS en los MILLONES DE NIÑOS AUN NO NACIDOS que son ASESINADOS a diario mediante salvajes prácticas abortivas ante las cuales preferimos voltear la mirada y evadir responsabilidad.

LOS 51 HEROES DE BARBASTRO, estos jóvenes y valerosos SOLDADOS DE CRISTO REY nos invitan con su ejemplo a asumir posiciones de AMOR TOTAL, SOLIDARIO Y FRATERNO a favor tanto de nuestros más próximos como lo son nuestros padres, cónyuges e hijos que DIARIAMENTE NECESITAN DE NUESTRO AMOR, COMPRENSION, PERDON y CARIÑO, tanto como a favor del resto de HERMANOS EN DIOS PADRE que nos acompañan en la aventura de pertenecer a la raza humana y formar parte de este tercer planeta del sistema solar.

La lucha espiritual por fundar la civilización del AMOR y fraterna solidaridad y convivencia se encuentra en un momento culminante, debemos optar, decidir, definir nuestra filiación: CRISTO JESUS, CON SU AMOR INCONDICIONAL Y EJEMPLO DE VIDA nos INVITA A FORMAR PARTE del Proyecto de VIDA PLENA en el AMOR VERDADERO DE PAPITO DIOS.

Tú puedes cambiar tu mundo. Hacer de tu núcleo familiar, de amistades, comunitario, empresarial, académico y laboral, tu campo de batalla en el cual cada día INYECTARAS AMOR, COMPRENSION, AMISTAD SINCERA, AYUDA Y SOLIDARIDAD FRATERNA, CARIÑO, EFICIENCIA, LABORIOSIDAD, AMABILIDAD, CONVICCIONES DE FE.

Sigamos el ejemplo de estos 51 HEROES DE BARBASTRO, los 51 SOLDADOS DE JESUS COREANDO CON ELLOS:

VIVA CRISTO REY, VIVA CRISTO REY.


El 25 de Octubre de 1992, los 51 MARTIRES DE BARBASTRO fueron beatificados por su Santidad JUAN PABLO II, y uno de los testigos de la masacre, en ese entonces, Pedrito, de 10 años, sobrino de uno de los mártires, hoy sacerdote CLARETIANO radicado en EL SALVADOR, ha escrito varios libros sobre dicha conmovedora y motivadora historia de HEROISMO, HIDALGUIA COMBATIVA Y CONVICCIONES PROFUNDAS que mueven y conmueven…

“¡Adiós Congregación Querida!”

“Este día nos dejó un recuerdo que no sabemos cómo agradecer debidamente a Dios. Una simple carta, ¡pero, qué carta! La Congregación Claretiana la conservará siempre como un tesoro inapreciable.

La escribió Faustino Pérez, el de temple de fuego, de quien dijo quien lo conocía bien: “Lo mismo podía haber sido un embaucador de obreros que un apóstol a lo Javier.”

Aquél temple lo llavaba dentro desde niño, fogueado por su propia madre, que le dijo al dejarlo en el seminario: “Hijo, cuando vengas a predicar, grita fuerte.” Faustino conservó en su mente semejante encargo, y lo recordaba poco antes de morir: “Sí, madre, tenga la seguridad que gritaré fuerte contra el pecado y la profanación, que clamaré desde los púlpitos con acentos de reivindicación justiciera; siendo mi destino imperioso y firme y no lo dude, seré consecuente; gritaré firme, pero cuento con la ayuda de sus oraciones.”

Ahora escribe en nombre de sus compañeros a su otra madre, la Congregación, esta carta en la que retrata al desnudo su alma inmensa:

Querida Congregación: Anteayer, día 11, murieron, con la generosidad con que mueren los mártires, seis de nuestros hermanos; hoy, trece, han alcanzado la palma de la victoria veinte; y mañana, catorce, esperamos morir los veintiuno restantes, ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! ¡Y qué nobles y heroicos se están portando tus hijos, Congregación querida! Pasamos el día animándonos para el martirio y rezando por nuestros enemigos y por nuestro querido Instituto. Cuando llega el momento de designar las víctimas hay en todos serenidad santa y ansia de oír el nombre para adelantar y ponernos en las manos de los elegidos; esperamos el momento con generosa impaciencia, y cuando ha llegado, hemos visto a unos besar los cordeles con que los ataban, y a otros dirigir palabras de perdón a la turba armada; cuando van en el camión hacia el cementerio, los oímos gritar: ¡Viva Cristo Rey! Responde el populacho rabioso: ¡Muera! ¡Muera!, pero nada los intimida. ¡Son tus hijos, Congregación querida, éstos que entre pistolas y fusiles se atreven a gritar serenos cuando van hacia el cementerio: ¡Viva Cristo Rey! Mañana iremos los restantes y ya tenemos la consigna de aclamar, aunque suenen los disparos, al Corazón de nuestra Madre, a Cristo Rey, a la Iglesia Católica y a ti, madre común de todos nosotros. Me dicen mis compañeros que yo inicie las ¡vivas! Y que ellos ya responderán. Yo gritaré con toda la fuerza de mis pulmones, y en nuestros clamores entusiastas adivina tú, Congregación querida, el amor que te tenemos, pues te llevamos en nuestros recuerdos hasta regiones de dolor y muerte.

Morimos todos contentos sin que nadie sienta desmayos ni pesares; morimos todos rogando a Dios que la sangre que caiga de nuestras heridas no sea sangre vengadora, sino sangre que entrando roja y viva por tus venas, estimule tu desarrollo y expansión por todo el mundo. ¡Adios, querida Congregación! Tus hijos, Mártires de Barbastro, te saludan desde la prisión y te ofrecen sus dolores y angustias en holocausto expiatorio por nuestras deficiencias y en testimonio de nuestro amor fiel, oneroso y perpetuo. Los Mártires de mañana, catorce, recuerdan que mueren en vísperas de la Asunción; ¡y qué recuerdo éste! Morimos por llevar la sotana y moriremos precisamente en el mismo día en que nos la impusieron.

Los Mártires de Barbastro, y en nombre de todos, el último y más indigno, Faustino Pérez, C.M.F.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Corazón de María! ¡Viva la Congregación! Adiós, querido Instituto. Vamos al Cielo a rogar por ti.

¡Adiós, Adiós!.” Páginas 76-78 Crónica Martirial, P. Pedro García Hernández, cmf.

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